BALANCE
DEL PRIMER CONVERSATORIO
“La Música en
los Movimientos Sociales”
HACIA EL ARCHIVO
GENERAL DE LA CANCIÓN
SÁBADO 17 DE
JUNIO DE 2023.
Centro Cultural
Independiente “Sarah Tisdall”, Galería Hernández Delgadillo
Plaza de Santo
Domingo, CDMX
Participantes
en la mesa: Fernando Morán, Jorge Gazca, Alberto Híjar, Liliana García, Ismael
Colmenares Maylo, Jorge Velasco, Vicente Osorio y Víctor Guerra García.
Participación
Musical: Grupos Apax Chacan y Taller del Sur
El Primer Conversatorio en camino hacia el Archivo General de la
Canción, contó con una asistencia que desbordó el espacio que amablemente nos
concedió Arturo Reyes. Se contó con la presencia de importantes personalidades
como Rodrigo de Oyarzábal, de Radio Educación; Anthar López de la Peña
Tecuicanime y del dueto Anthar y Margarita; David Méndez del grupo Tribu;
Alejandro Montaño del grupo Vuelta a la Izquierda; Toño Canica, Gabino Palomares,
Luis de la Peña; Gonzalo Martré, Rafael Casas, Oscar Carrillo que nos ayudó con
la filmación; Ana Zarina Palafox, Armando Ortega Orozco, entre muchos que ahora
escapan a la memoria.
Ese primer conversatorio estableció una serie de retos y tareas a
realizar para la consecución de este proyecto. Los convocados fueron músicos e
investigadores del tema político musical, quienes nos reunimos para compartir
impresiones, propuestas y así establecer el panorama del “qué tenemos”, “qué
nos falta”, cuáles son nuestras fortalezas que promover y debilidades a
enfrentar. Este primer conversatorio tuvo la virtud de dejar sobre la mesa el
trabajo realizado pero también los trabajos pendientes. En su participación,
Jorge Gazca dejó claras ideas fundamentales, apuntando principalmente su
preocupación como académico:
“creo
que no es momento de establecer una serie de puntos de vista sobre esto, sino
más bien, en mi opinión es como un ‘pase de lista’, considero, de los que
estamos aquí, haciendo presencia de trabajos que pueden servir, son propuestas
para hacer historia digamos [...]
necesitamos
hacer un relevo generacional; registrar históricamente este arte, esta serie de
documentos que son fundamentales para elaborar la historia del movimiento que
se empezó a dar desde los años 60, hasta nuestros días, [...]”
Gazca insistió en la necesidad de hacer un “corte de caja” sobre los
materiales disponibles en las colecciones de distintos músicos, seguidores,
investigadores y periodistas. Importa mucho su observación sobre la visión de
los músicos que desde los años 60 están produciendo y participando, así como la
cantidad y calidad de los documentos y materiales que poseen; y por otro lado,
el necesario relevo generacional, sin perder la continuidad del relato
histórico que arranca desde mediados del Siglo XX y ha continuado hasta la
actualidad.
Gazca menciona, entre muchos otros, los acervos que han creado Francisco
Barrios el Mastuerzo, León Chávez Teixeiro, Anthar López o Eduardo Carrasco,
por mecionar algunos. Dichos acervos requieren una labor de clasificación,
catalogación, organización y conservación para su digitalización y posterior
puesta a disposición para su consulta. Apunta Gazca: “veo esa necesidad de
hacer un registro de los trabajos que se han elaborado sobre la música y los
músicos, como este trabajo tan importante que ha hecho Jorge Velasco”
Como vemos, el enfoque de Jorge Gazca apunta a una labor de acopio y
organización de documentos, para así elaborar una historia de largo aliento
sobre “¿qué se ha dicho sobre la canción de protesta mexicana desde la 2a mitad
del siglo XX?”; es decir, un proyecto historiográfico, que sin duda debe
caminar a la par de las acciones de acopio, recopilación, catalogación, etc.
Por su parte, Vicente Osorio desplegó un panorama tan importante como
poco conocido, como lo es las resonancia del movimiento estudiantil de 1968 en
las universidades de provincia, específicamente en Querétaro. Esta experiencia
es importante, pues una de las líneas de trabajo del AGC es descentralizar en
lo posible la mirada analítica, y atender el interesante movimiento cultural
que en aquellos años se daba en los estados de la república, así como las
formas en que esos movimientos dialogaban y se nutrían de otros, con el
movimiento estudiantil en la ciudad capital como eje de resonancias.
Apax Chacan, el grupo fundado por Vicente Osorio no constituye sólo un
proyecto musical; como Vicente afirma, es el vehículo para seguir transitando
entre las nuevas generaciones, y la labor de actualizar su presencia y su obra,
habla también de un proceso de rescate y de divulgación hacia la población más
joven.
“estamos
tratando de volver a recopilar esa historia y algunos de los compañeros que
participamos en este grupo, estamos volviendo a tocar aquellas canciones y lo
que vamos a tocar en un rato, es lo que tocábamos en aquellos tiempos.”
(Vicente Osorio)
En su intervención, Ismael Colemanres, el querido maestro Maylo de los
Nakos, comenzó por traer al frente del escenario a los músicos y promotores que
ya no están entre nosotros. Pues no podemos avanzar en la historia sin recordar
a los que arrojaron las primeras semillas de este movimiento. Como dice Maylo,
gracias a ellos estamos aquí reuniéndonos y trabajando sobre su obra. Maylo
hizo un preciso recorrido histórico sobre el papel del cantar en los
movimientos populares, para traer a la actualidad su función como articulador
social, y como generador de signos que fortalezcan el discurso de las luchas
populares.
“somos
semilla, tierra, raíces, árbol, hojas donde el viento amplio donde el viento
nos invita a planear, con historias, letras, melodías para encontrarnos en este
día y no parar, continuar y hoy entre todas y todos, empecemos a volar.”
(Maylo)
Por su parte, Jorge Velasco subrayó la ausencia de estas discusiones en
el ámbito académico, en donde la música popular en los movimientos sociales, es
un tema todavía novedoso, que despierta el escepticismo académico sobre la
importancia histórica del papel del arte en los descontentos sociales. De
manera que los trabajos académicos sobre estos temas parecen permanecer
aislados, esperando ser publicados, o las tesis permanecen en el repositorio
institucional, sin dialogar, sin comunicarse entre ellas y así generar la
historiografía necesaria que mencionaba Jorge Gazca.
Velasco establece la música como un factor de cambio social, cultural y
educativo; tres campos en los que la política gubernamental no parece tener
interés alguno, excepto para sus propios fines. De ahí su importancia, y de ahí
el triunfo de quienes descartan a al canto como factor primordial de los
movimientos sociales y populares. Pues como nos recuerda Jorge Velasco, el
estudio del relajo, de la risa, del cuerpo y las emociones, tienen el dato
cualitativo que no se encuentra en las estadísticas ni en los estudios con
rigor científico, ni en las historias oficiales. Todos estos campos de estudio
no son nuevos, pero hoy en día son urgentes; en las raíces de este árbol que va
brotando de un archivo, se encuentran estas vertientes del saber, es decir, la
investigación cualitativa. Y Jorge con esto nos regresa a un punto crucial de
la generación de archivos: el papel de las canciones, por sí solas, como un
gran libro de texto sobre historia social mexicana. Quizá por eso las canciones
políticas, como la memoria colectiva, suelen invisibilizarse, sobre todo en el
debate histórico que pretende encumbrar a unos pocos y borrar de la historia a
muchos.
Esta reflexión me regresa a un punto básico del proyecto de archivo: Las
canciones. Las canciones como sujetos de estudio en sí mismas; la lírica como
una suerte de palimpsesto que va actualizando el relato histórico, siempre
confrontado con el relato oficialista.
Siempre pensando en la parte operativa hacia la construcción de este
archivo, es preciso considerar puntos muy específicos, como el papel del rock
mexicano a partir de los años 80. Víctor Guerra García nos da un recorrido de
este tema, y nos invita a pensar en metodologías más abiertas en la creación de
archivos, como el hecho de pensar en los géneros. Si elaboramos una base de
datos sólo de canciones, veríamos que al ir entrando en los años 80, los
géneros parecen confusos: ¿Cómo clasificamos cantos de descontento,
musicalizados en rock, en blues, en cumbia, en salsa, incluso en tonos norteños
o huastecos? Más que un problema, nos habla de una realidad que enriquece al
cantar político como patrimonio musical. Hay canciones de Jaime López que bien
podrían clasificarse como “norteña”, pero se trata de una obra híbrida, que
dialoga con el rock, con el canto nuevo y con ritmos más populares. Así La
Nopalera podía expresar profundos descontentos, en ritmos que recuerdan la
batucada, el bossa nova, el jazz y otros ritmos que aún siendo “extranjeros”,
incorporan un sentir profundamente popular. Todo esto se recuenta con el fin de
elaborar nuestras bases de clasificación, más que como un repaso teórico de
saberes y datos.
En mi participación, retomé la importancia de dar continuidad a
proyectos particulares que se insertan dentro de este amplio proyecto; me
refiero a mi investigación sobre Judith Reyes; al trabajo sobre Teixeiro que
realizó Jorge Gazca; a la labor incansable de Fernando Morán, Ismael
Colmenares, Argelia Ballesté, y tantos otros artistas y estudiosos, que abonan
con su trabajo a este gran panorama del canto social y el arte militante
mexicano. Estas aportaciones deberán ser sistematizadas, divulgadas y puestas a
la discusión pública, así como analizadas en profundidad, pues cada una de
estas investigaciones, contienen pistas que en lo operativo nos orientan hacia
la formación de este archivo.
El archivo particular de Judith Reyes, va caminando en consonancia a las
memorias que me comparten sus parientes; a los testimonios de colegas y
contemporáneos; al dato aparentemente insignificante que sabiéndolo mirar nos
abre vetas enteras e inexploradas de investigación.
El maestro Alberto Híjar, como siempre, aportando la reflexión que mira
a la acción; el ánimo de autocrítica que tanta falta nos hace, es fundamental
para avanzar en un proyecto autónomo:
“Esta
es la tarea que nos mueve, no sólo la reflexión histórica con toda la
profundidad que podemos, en constante estudio, en constante actualización
contra la opinadera, contra los afanes sentimentaloides, que siempre rinden
frutos porque siempre son aplaudidos y celebran y escurren las lágrimas por lo
heroicos que hemos sido...”
Las redes, amistades, colectivos hermanos y entidades aliadas, deben
quedar consignadas en un documento, en el cual tengamos claro quién es, qué
tiene, en qúe condiciones y cuál es el modo en que desea participar (donación,
ubicación de materiales, préstamo para digitalización, conceción de
entrevistas...), es decir, redes que no sólo nos pueden aportar datos y
materiales, sino que nos ayudan a encontrar más aliados y extender esta red en
lo posible, más allá de cualquier frontera. No es casual que buena parte del
archivo musical de Judith Reyes en su época de La Tamaulipeca, se encuentre en
la Biblioteca del Museo Smithsoniano; o que recientemente me haya contactado
una académica Londinense, interesada en la figura y la obra de Judith. Las
miras pues, están puestas alto, más allá de sexenios, partidos e intereses
gremiales o particulares. Y nuestro compromiso, como apunta Híjar, es dejar la
opinadiera, la autocomplacencia y las autofelicitaciones; no improvisar,
construir en la consecuencia de la autogestión; continuidad, un proyecto que
será para las siguientes generaciones, quienes lo seguirán alimentando y
divulgando: “Historificar; profundizar en los avatares de la dialéctica para
ver cómo se articulan, no sólo en la teoría sino en la práctica”, apunta Híjar.
Es importante distinguir entonces, los diversos elementos que, de
primera instancia, pueden componer un archivo:
- Documentos (cartas, folletos, carteles, flyers, programas de mano,
documentación de archivo, oficios, memorandums, minutas de reuniones,
documentos policiales)
- Testimonios (Entrevistas hechas por nosotros o por otros
investigadores y periodistas, testimonios propios como en el caso de Jorge
Velasco, Fernando Morán, Ismael Colmenares, Paco Barrios, León Chávez, Froylán
Rascón, Rafael Catana y todos los que se encuentren aún entre nosotros)
- Discos y casettes
- Material de video
- Las canciones. Desde mi punto de vista, este es el elemento desde el
cual tendríamos que partir, como primer paso hacia la construcción del archivo.
Así mi propuesta, es arrancar nuestros trabajos operativos atendiendo a las
canciones: ¿dónde están?, ¿en qué formatos?, ¿fue grabada?, ¿hay versiones?...
en fin, considero que el primer paso, y siguiendo los consejos de Rodrigo de
Oyarzábal, es saber con qué canciones contamos y desplegar una suerte de biografía de cada una
de ellas. Pues el AGC, como su nombre indica, se funda a partir de las
canciones.
Breves conclusiones
¿Con qué contamos?
- Un cúmulo de materiales e
información dispersos y algunos de ellos ya ubicados.
- Archivos ya en proceso de organización, como el de Enrique Ballesté (a
cargo de su hija Argelia); el de Judith Reyes (Liliana García), José de Molina
y otros solistas y agrupaciones (Fernando Morán y Enrique Aguilar);
- Testimoniantes de la época aludida, con memorias y materiales que
requerirán ser registrados.
- Capacidad profesional en las actividades requeridas para la
recolección y registro de materiales y testimonios.
¿Qué nos falta?
- Estrategias de financiamiento.
- Ruta crítica que nos permita identificar pasos, avances y pendientes,
de cara al Tercer Conversatorio, en el mes de noviembre.
- Organización de la búsqueda y registro de materiales.
- Planteamiento metodológico y de contenidos para la elaboración de una
base de datos que sustente una primera etapa del AGC.
Hemos traído un cuaderno especialmente para iniciar nuestra lista de
aliados y cómplices; todos aquellos que cuenten con información, materiales o
documentos, podrán anotarse, para que podamos contactarlos y comentar su
posible aportación. Por medio de los contactos que amablemente nos compartan,
les podremos informar sobre avances, actividades y necesidades.
Sigamos pues con esta y otras muchas maneras, celebrando a Víctor Jara,
cantor universal de alma amplia, tan amplia como los temas de sus cantos;
asimismo, celebramos la presencia de nuestros distinguidos invitados, y
agradecemos enormemente a la galería La Resistencia y a Alfredo López Casanova,
por concedernos este espacio y fungir como un importante aliado en el caminar
de este proyecto.
Liliana García Sánchez
Septiembre de 2023.
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